En una jugada poco convencional, Gerry Duggan y Chip Zdarsky han decidido invertir en una formación singular para su colega Jonathan Hickman, abonando nada menos que 125 dólares por una sesión de coaching en Cameo con el icónico Rob Liefeld. Cameo es una plataforma donde celebridades ofrecen mensajes personalizados o clases, como en este caso, a sus fans. Esta inversión simbólica marca un punto de inflexión para Hickman, que deja atrás su trabajo diario para zambullirse en el vasto universo de los cómics por su cuenta.
Aunque Rob Liefeld ha expresado en más de una ocasión su desacuerdo con el enfoque de Hickman en la saga de House of X, no ha dudado en compartir su fórmula para el éxito en el mundo del cómic. Según Liefeld, el secreto reside en el patrón “siete-ocho-siete”: siete páginas iniciales donde el personaje despliega sus poderes, ocho páginas centrales dedicadas a la vida personal y subtramas, y siete páginas finales cargadas de conflicto y acción. Este esquema busca mantener al lector enganchado y asegurar su retorno el mes siguiente.
Al revisar el primer número de House of X, se observa que Hickman optó por un enfoque diferente, con una estructura de 5-6-9, ignorando los diagramas que suelen acompañar sus trabajos. Este detalle no solo destaca su estilo único sino que también plantea la pregunta de si la rigidez del modelo de Liefeld es esencial para el éxito en la narrativa de cómics modernos.
La transición de Hickman hacia la creación independiente de cómics sugiere un futuro lleno de posibilidades y, tal vez, nuevas metodologías narrativas que desafíen la norma establecida. Con el respaldo y la curiosidad de figuras establecidas como Duggan y Zdarsky, Hickman no solo se aventura en un nuevo camino creativo, sino que también redefine lo que significa ser un narrador en el ámbito de los superhéroes.
Mientras la comunidad de cómics debate entre seguir consejos probados o explorar nuevas fronteras narrativas, Hickman se enfrenta al desafío de equilibrar su voz única con las expectativas comerciales. La saga Seven Eight Seven no solo se convierte en un mantra dentro de la industria sino también en un símbolo de la constante evolución del género. ¿Se adherirá Hickman a este consejo o continuará trazando su propio camino disruptivo?
La historia de Hickman es una invitación a reflexionar sobre la creatividad y sus limitaciones. En una industria donde la originalidad a menudo se enfrenta con fórmulas de éxito probadas, su decisión podría inspirar a una nueva generación de creadores que buscan dejar su marca personal en el mundo del cómic. Así, el legado de Hickman y su elección final resonarán como un eco de innovación o como un susurro de conformidad.
Entre los proyectos independientes de Jonathan Hickman, destacan obras que marcan su sello distintivo en el ámbito del cómic. “The Manhattan Projects” es una de sus creaciones más audaces, donde reimagina la historia del Proyecto Manhattan con un giro de ciencia ficción oscuro y complejo. Esta serie muestra su capacidad para entrelazar hechos históricos con elementos ficticios, creando narrativas densas y envolventes.
Otro proyecto significativo es “East of West”, una epopeya de ciencia ficción que combina el western con la profecía apocalíptica. Aquí, Hickman explora temas como el destino, la guerra y la paz, a través de una América futurista fragmentada en varias naciones en conflicto. Estas obras no solo consolidan a Hickman como un narrador innovador, sino que también subrayan su preferencia por estructuras narrativas complejas y temáticas profundas, alejándose del molde tradicional del cómic de superhéroes. Su transición a proyectos independientes le permite una mayor libertad creativa, lo que le ha valido el reconocimiento tanto de crítica como de público.
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