Segunda entrega de la obra de Mattson Tomlin y Lee Bermejo que continúa explorando los saltos en el tiempo que los asesinatos, de Shawn Thacker y su misterioso competidor, provocan. Panini Comics trae a gran formato una publicación que solo por el dibujo ya merece esta presentación.
A Vicious Circle provocó una sensación encontrada en la reseña del primer volumen, no terminaba de expresar una historia coherente, había muchos cabos sueltos en las primeras páginas de una narración que solo expresaba dudas acerca de todo lo que rodeaba al protagonista principal, Shawn Thacker. Por suerte este segundo tomo resuelve la mayor parte de las preguntas que quedaban de forma intencionada en el aire. Por fin podemos entender cuál es la motivación detrás de los sucesos, de donde partió la misión original que nos ha llevado a vivir un sinfín de saltos temporales.
Ahora conocemos el camino y para ello los autores han tenido que dedicar la mitad del contenido en páginas para explicarlo. El resto nos deja dando vueltas a la situación en la que todo quedó en el volumen anterior, esa Prehistoria de la que parece complicado salir. Solo la muerte a manos de ambos, Shawn o su antagonista, Ferris, de cualquier otro ser humano, les puede devolver a la corriente temporal con la esperanza de regresar al punto de inicio. Su situación como “desarraigados” parte de un suceso original que les vinculó y ahora, en un mundo poblado de dinosaurios, insectos y pequeños mamíferos, regresar no va a ser un paseo, de hecho es algo que va a quedar pendiente para el último tomo de la historia.
La Edad Media, el ascenso del Nazismo en Alemania (con La Noche de los Cristales Rotos como mejor referencia), y su llegada a Nueva Orleans (donde se establecieron durante tantos años antes de reiniciar su disputa) complementan las localizaciones que ya pudimos ver en la entrega anterior. Destaca sobremanera el paso por esa Alemania de Noviembre de 1938, donde la persecución de los judíos empezaba a ser indiscriminada, a menos de un año de llevarse a cabo la Invasión de Polonia del 1 de Septiembre de 1939. Es el momento soñado por muchos para llevar a cabo cualquier acto que pudiera cambiar el futuro de la historia, no solo de Europa sino del resto del Mundo.
Los peligros acechan tras cada esquina, la condición de Shawn como hombre de color tampoco le ayuda en ese entorno. Por suerte consigue su objetivo de permanecer con vida pero un nuevo salto le llevará a esa vida que presenciamos al principio de la aventura, a su mujer y a su hijo. El desenlace de este volumen lo volverá a colocar entre la espada y la pared, un nuevo giro que seguramente conducirá a repetir los actos que iniciaron el bucle al que se encuentran atados, quizás salvar la existencia sea un pretexto demasiado ambicioso, pero lo escrúpulos a la hora de matar están bastante balanceados entre ambos, aunque si hay que decantarse por alguno está claro que Shawn usa bastante más el cerebro a la hora de apretar un gatillo.
La lectura de A Vicious Circle es breve, se fomenta sobre todo en disfrutar del trazo de Lee Bermejo. La mayor parte de la historia carece de diálogos extensos o explicaciones detalladas de lo que sucede, apenas ciertos pensamientos sirven de guía a lo largo de multitud de páginas. Una lectura forense puede aportarnos más detalles pero ciertamente para entender de lo que se nos habla no necesitamos ni mucho esfuerzo ni dedicar mucho tiempo. Tampoco hablamos de una publicación cuyo grosor pueda asustar, son apenas 48 páginas que se leen en un suspiro. Y aquí es donde se entra a valorar si el coste compensa el lapso dedicado a disfrutarlo… o no. Ante gustos…
Veinte euros por un cuarto de hora o veinte minutos pueden parecer excesivos. Admite relecturas, por supuesto, pero tampoco se va a obtener un rendimiento que cambie la percepción de lo que estamos viendo. Mattson Tomlin apenas se mueve de la simpleza del planteamiento y deja todo el peso en los dibujos de Bermejo. Los pequeños giros o explicaciones que nos debían no suponen una evolución increíble, solo aportan coherencia a lo que parecía no tenerlo, que es de agradecer pero tampoco es para tirar la casa por la ventana.
En definitiva, ¿mejora?, sí. ¿Lo suficiente para esperar a ver el final?, aquí lo veremos pero igual la recomendación para hacerse con estos comics llega en la recta final y viendo todo como un conjunto.
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